En los últimos días, el mundo fue testigo directo de la finalización de los 16 años de Angela Merkel en el poder de la Cancillería Alemana, dejando entre sus colegas unos recuerdos positivos, por preservar los criterios de la tolerancia y el diálogo en su forma de gobernar, en una actualidad donde la imagen femenina lamentablemente desde lo político todavía no es muy bien vista.
Pero todo empezó un 17 de julio de 1954 en Hamburgo, cuando nació esta mujer líder, empoderada y trabajadora. En una época donde Alemania pasaba por momentos muy difíciles, al haber estado bajo el dominio de la Unión Soviética después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Tiempo después exactamente un 9 de noviembre de 1989, ocurrió el suceso de la caída del muro de Berlín en la puerta de Brandemburgo, que permitió la reunificación total de una nación que estaba dividida por conflictos civiles, además lo más llamativo de ese acontecimiento es que en ningún momento se usó la fuerza física como instrumento de autoridad.
Donde esos ambientes sociales anteriormente mencionados, permitieron ser un aprendizaje y una formación para Angela Merkel, desde sus inicios en la política en 1990. Porque ella más que nadie, fue la precursora del crecimiento económico, igualitario, educativo, social y primordialmente democrático en un país donde parecía imposible hacer algo así de ese calibre, después del legado oscuro que generó el nazismo en el siglo XX. Aun así, la historia contará siempre que los tiempos de Angela Merkel fueron los mejores, por una voz que con sabiduría transformó realidades difíciles en soluciones eficientes.
Columnista: Sebastián López Alzate