Cuando hace dos años llegó a la humanidad el coronavirus, uno de los aspectos más primordiales que nos enseñó la misma pandemia como medida preventiva, fue la importancia de adquirir la cautela en nuestras vidas. Debido a que en Sudáfrica se confirmó por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la aparición de la variante ómicron, que inmediatamente ha generado temor en todo el mundo.
Por lo que los países más desarrollados como Estados Unidos y varios integrantes que pertenecen a la Unión Europea han tomado decisiones apresuradas de prohibir totalmente en sus territorios, viajes provenientes del continente africano. Un decreto que puede ser muy coherente, si tenemos en cuenta que las estadísticas afirman, que África es la zona menos vacunada entre todas, con apenas una cobertura del 11% para las primeras dosis y del 7% para el esquema completo.
Pero a la vez, un hecho de esos solo sirve para causar más problemas en lo económico y social en los lugares estigmatizados, causando la angustia entre todas las personas de en un futuro regresar a esos tiempos oscuros del confinamiento estricto.
Eso sí, en Colombia todavía tenemos la suerte que la ómicron todavía no ha llegado, un hecho que, para Julián Fernández Niño, director de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud no debe alarmar mucho, porque según él todavía tenemos muchas “armas de defensa” para contrarrestar los múltiples síntomas generados por el COVID-19.
De todas maneras, el primer ministro del Reino Unido Boris Johnson afirmó que posiblemente en las próximas semanas, aumentaran los casos de muertes y hospitalizaciones en determinadas clínicas. Por eso mientras tanto, sigamos viviendo con las herramientas básicas de estar totalmente vacunados, acompañado con la aplicación del distanciamiento social, lavado de manos, uso del tapabocas y la ventilación en lugares cerrados, ya que la cautela es la mejor respuesta para acabar con el pánico irracional, provocado por las noticias falsas de las redes sociales, debido a un nuevo enemigo silencioso que ha puesto en jaque la salud del planeta tierra y sus habitantes.
Columnista: Sebastián López Alzate