Nosotros los seres humanos no podemos vivir en la vida a la deriva o peor aún sin un rumbo claro, porque constantemente es muy necesario reflexionar y meditar, sobre aquellos propósitos a los que estamos predestinados. Eso sí, independiente de las metas hay algo que nunca podemos dejar en alto y es la búsqueda insaciable de Jesús como la luz y el faro de la sociedad.
Además en el momento cuando se toma la mejor decisión, de seguir los caminos de Dios. La vida de cada persona no vuelve hacer la misma, desde los aspectos morales, psicológicos y espirituales especialmente si habita en nuestros corazones los buenos hábitos del amor, el gozo, la paz, la felicidad, la comprensión y la honestidad.
Lo mejor, es que si aplicamos todas esas enseñanzas día a día, en cualquier actividad. En el futuro tarde que temprano recibiremos las mejores bendiciones, según la palabra que podemos encontrar en el versículo de Eclesiastés 3:1 que dice “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora “.
Por esta razón estimados amigos, el mensaje que les acabo de compartir es muy claro y sin ningún tipo de dudas. Si queremos ser ejemplo en la tierra, preferiblemente tendremos que vivir a la manera de Jesús, no sólo porque es el camino que nos conduce a nuestra felicidad, sino porque de esa manera podemos provocar a otros a vivir de una manera diferente a como esta sociedad les propone.
Columnista: Sebastián López Alzate
