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La Guajira, un departamento olvidado y sin innovación


La innovación es un proceso relacionado con el desarrollo de las ideas, para crear cosas nuevas o mejorar las que existen, en beneficio de la humanidad. Teniendo en cuenta está definición, podemos entender por ejemplo lo que mencionó Laura Pabón, subdirectora de Prospectiva y Desarrollo del DNP (Departamento Nacional de Planeación) “la innovación es un elemento clave que contribuye al aumento de la competitividad de la economía, pero también al desarrollo, al bienestar y la calidad de vida de la población”. 

No en vano, grandes potencias, países medios y hasta pequeños han confiado su desarrollo a la innovación que, a su vez, implica confianza en el individuo, en su capacidad creativa, en la forma de asimilar el fracaso y superarlo para ser exitoso. Suecia, Singapur e Israel son apenas algunos casos que podemos mirar para acoplar una dinámica de materialización de ideas que aporten al desarrollo del país.

Entendiendo que en Colombia es casi imposible una innovación total, al no ser impulsada como se debe, en un país cuyo territorio es un escenario propicio, si nos basamos en los aspectos que les faltan a las demás naciones en comparación a la nuestra.

La muestra es la tal economía naranja del actual gobierno nacional que se quedó en promesa; y en el caso particular de La Guajira, la expectativa de que la innovación pueda crear desarrollo es aún menos esperanzadora, a pesar de que llegó al departamento hace más de 30 años a través de El Cerrejón, dejando impresionados a los guajiros y al país con sus adelantos. Pero la pregunta es ¿El departamento de La Guajira aprovechó estos años de innovación extranjera para un crecimiento social y económico? ¡La respuesta claramente es un NO!

La promoción, fomento y vinculación a la innovación para el desarrollo de los guajiros ha estado en manos de la clase política, de nuestros dirigentes, de nuestros gobernantes, que han sido indolentes y solo han mirado sus bolsillos. Por su parte, la empresa privada ha cumplido con su misión de generar empleos, riquezas, y aportando innovación. Pero no podemos pedirle a una empresa privada que reemplace al Estado en sus obligaciones legales.

Sin olvidarnos cuando el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología, sacó una estadística en donde La Guajira, a pesar de tener mejores posibilidades, tiene el Índice de Innovación más bajo junto con los departamentos de Vichada, Vaupés, Chocó, Guainía, Caquetá, Guaviare, Arauca y Putumayo, que solo llegaron a la categoría departamental con la Constitución de 1991, cuando La Guajira ya lo era y   recibía las regalías del carbón.

Es por eso que necesitamos unos dirigentes políticos que piensen de manera moderna, que vean al futuro, que piensen en competitividad, y comprendan que el desarrollo llega de la mano de todos, con los aportes del talento de todos y no de unos pocos. El talento nace con las personas y solo hay que estimularlo para así poder cambiar completamente a una región que está sumergida en la pobreza.

Columnista: Sebastián López Alzate

Cultura

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