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El Bullying, una realidad bastante peligrosa


En las dos semanas que llevamos del mes de mayo, se han conocido tres casos aberrantes de bullying en colegios de Medellín, Envigado y Manizales que vuelven a llamar la atención sobre este terrible fenómeno en el que se mezclan acoso escolar, redes sociales, retos extremos e incluso racismo.

Precisamente hace poco se estuvo celebrando el Día Internacional contra el Bullying y hoy nos encontramos con tres ejemplos que nos gritan en la cara que hay mucho camino por recorrer pero verdaderamente ¿Qué está ocurriendo? ¿Y qué podemos hacer?

Los casos son bastante lamentables. En el Cefa por ejemplo, uno de los colegios públicos más tradicionales de Medellín, una niña afrodescendiente se vio obligada a explicar en clase su olor corporal por “sugerencia” de una compañera y de la mamá de esta última. Además en el colegio La Salle de Envigado, al parecer ejecutando uno de esos absurdos retos de las plataformas digitales, le prendieron fuego en la cabeza a un estudiante y lo grabaron para exponerlo públicamente por cualquier Tik Tok y por último a nivel nacional en la Institución Educativa Granadino de Manizales: en medio de un supuesto juego, trataron de empalar a un niño de 13 años durante una clase de educación física. Casi le perforan un testículo y en este momento tiene una incapacidad médica de ocho días.

Como si fuera poco, y este es el otro dato negativo, Colombia es el segundo país con más porcentaje de bullying entre diez países latinoamericanos asociados a la Ocde. Es decir, estamos muy mal que las demás naciones en lo que tiene que ver con que las nuevas generaciones puedan vivir en armonía.

Esas cifras revelan que hay un problema importante no solo en los colegios, sino también en nuestra sociedad. En esa medida es también inconcebible que nadie esté proponiendo reformas profundas en la educación del país. Porque no basta con hablar de dobles jornadas o de educación incluyente, que, sin duda, son cambios claves. Es necesario repensar todo el sistema educativo.

Teniendo en cuenta que hay países como Finlandia y Japón, que han comprendido que se necesitan nuevas estructuras en el currículo, nuevos énfasis, nuevos principios, en parte para hacerlos más pertinentes a los tiempos que vivimos, pero también tienen un componente importante de convivencia y de competencias emocionales.

Finalmente en muchas ocasiones como colombianos nos dedicamos mucho a resolver los problemas de los que ejercen el poder legal o ilegalmente y se nos olvida tomar medidas para que la nueva camada de niños, jóvenes y adultos no repitan nuestros mismos errores. A veces, también, se ha privilegiado el conocimiento y se ha considerado que lo emocional y lo psicológico están en un segundo plano. Es hora de empezar a darle el lugar que le corresponde para la formación de mejores seres humanos.

Columnista: Sebastián López Alzate

Cultura

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