La Infectología hace parte de la historia de la medicina, las grandes enfermedades infecciosas existen desde la aparición de los microorganismos como las bacterias, virus, hongos, parásitos y otros que existieron antes que el ser humano, y que al no reconocerse fueron causales de grandes desastres acabando con un número incontable de vidas.
Luego el 24 de marzo de 1882, el alemán Robert Koch descubrió la bacteria que causa la tuberculosis, causa de un gran número de muertes, en los Estados Unidos y Europa. Según datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud en el mundo durante el año 2020, se enfermaron de tuberculosis 9 millones de personas en todo el mundo, con un millón de fallecimientos, constituyéndose la tuberculosis como la decimotercera causa de muerte y la enfermedad infecciosa más mortífera por detrás de la covid-19.
Posteriormente Pasteur, un bacteriólogo francés introdujo la teoría de los microbios, base fundamental para desarrollos importantes, como las vacunas, los antibióticos, la esterilización y la higiene como elementos fundamentales de curación y prevención de las enfermedades infecciosas, con diferentes manifestaciones clínicas asociadas, que nos han permitido darle un gran impacto a su evolución y control, con el apoyo definitivo de la bacteriología, la inmunología, la virología y la biología molecular.
Hoy más que nunca, la realidad nos demuestra la importancia de los infectólogos, especialidad que se acompaña con la epidemiología, la clínica, la salud pública, la farmacología, la investigación y descubrimientos de la medicina molecular, y en general de todas las otras partes de la ciencia, como las humanidades y el desarrollo social.
Columnista : Sebastián Lopez Alzate